Como hemos visto en la introducción y como veremos mejor en el apartado de tipología de los cimientos, existe una diversidad de situaciones bastante grande en una estructura tensada, en lo que a cimentación se refiere. Si a ello le añadimos los distintos tipos de terreno con los que nos podemos encontrar en cualquier edificación: arcillas, arenas, limos, mezclas de estos tres, rocas, etc. llegaremos a la conclusión que los cimientos de las construcciones tensadas serán muy variados.
Y ello es cierto. Sin embargo para construcciones tensadas pequeñas y medianas, vemos como los constructores se decantan claramente por soluciones que no les compliquen mucho las cosas, es decir, por soluciones a las que estén acostumbrados y que no impliquen una tecnología diferente de la habitual.
Si a ello le añadimos que para compensar esfuerzos de extracción, la forma más segura, ya que solamente depende de la gravedad (el peso), es utilizar un peso muerto que equilibre dichos esfuerzos, llegaremos a la conclusión que una solución adecuada es la de utilizar zapatas de hormigón armado. Estas zapatas de forma prismática, cuadradas cuando no hay momentos ni esfuerzos horizontales muy grandes y rectangulares cuando pasa lo contrario, son la forma habitual de cimentar muchos edificios, incluso de ciertas dimensiones. Por lo tanto los constructores suelen agradecer este tipo de cimentación aunque ello implique utilizar mucho más hormigón que con soluciones mas sofisticadas de anclajes con micropilotes, pilotes, hélices, etc.
Únicamente en el caso de encontrarnos con un suelo de roca, la utilización de zapatas no será, evidentemente, la mejor opción. En este caso habrá que estudiar desde el punto de vista geotécnico la calidad, profundidad, etc. del estrato de la roca y utilizar soluciones basadas en anclajes directos a la misma.
Es cierto, no obstante, que la similitud de las cimentaciones en zapata normales a las cimentaciones en zapata en construcciones tensadas puede acabarse en la forma exterior.
Los esfuerzos de extracción y los momentos y esfuerzos horizontales de magnitudes importantes, implicarán un tratamiento del hormigón armado muy diferente, con las armaduras situadas en otros planos que no serán los habituales. Es como si pusiéramos las zapatas al revés. Pero no solamente la armadura: El propio hormigón se comportará de forma diferente, por lo que el tipo del mismo también podrá ser diferente de los habituales. por lo que el tipo del mismo también podrá ser diferente de los habituales.
En los apartados que vienen a continuación encontraremos, de alguna manera, referencias a estas diferencias. Todo ello a la espera de que en un futuro WinTess3 produzca más resultados e información sobre estas zapatas y sus componentes: armaduras, placas base, anclajes, etc.