Cimentación
Los cimientos de las construcciones tradicionales (estructuras de piedra, ladrillo, madera, acero, etc.) son muy diversos. En función del tipo de terreno, de su estratificación, del tipo de estructura (porticada, continua, …) y del tipo y magnitud de las cargas, se genera una tipología de cimientos muy variada: zapatas aisladas, continuas, excéntricas, vigas y losas de cimentación, pilotes, etc.
Sin embargo, a pesar de esta diversidad, suele encontrarse un factor común. La acción predominante sobre el cimiento es la compresión. Una fuerza que empuja el cimiento hacia abajo y que ha de ser contrarrestada por la resistencia del terreno que se encuentra debajo el cimiento (o al lado, por rozamiento, en algunos tipos, como es el caso de ciertos pilotes).
Es cierto que también encontramos otros casos con otros tipos de acciones, sobre todo en estructuras con pilares empotrados en el cimiento (por lo menos ésta es la forma habitual de calcular las estructuras). Esos pilares presentan en su base un esfuerzo cortante y un momento flector que también hace falta equilibrar. El cortante no acostumbra a ser demasiado importante, y por lo tanto, la mayoría de veces se soluciona el problema con la resistencia a tracción o compresión que ofrecen las riostras horizontales que se disponen entre las diferentes zapatas.
En cuanto al momento, puede resultar importante en los pilares extremos de los pórticos y sobre todo en las zapatas excéntricas (por ejemplo, en las paredes de medianera). En estos casos las soluciones son diversas, pero muchas veces se recurre al uso de vigas centradoras entre la zapata afectada y otra de interior, a la cual se conecta.
Incluso así, en todos los casos, la fuerza vertical de compresión es la más importante y la que caracteriza el tipo de cimiento a utilizar.
En las construcciones tensadas también encontramos cimientos iguales a los que acabamos de comentar, por ejemplo, en los mástiles verticales centrales de una cubierta en forma de conoide, pero éstos son los casos menos frecuentes.
En general, los cimientos típicos de las construcciones tensadas se pueden clasificar, según la acción a la cual están sometidos, en alguno de estos tipos:
- Fuerza de tracción vertical (cable vertical)
- Fuerza de tracción inclinada (cualquier cable o viento que se fija al suelo)
- Fuerza de compresión inclinada (mástiles inclinados, base de un arco, etc.)
- Fuerza de compresión vertical (mástil vertical) Momento, con fuerzas verticales y horizontales de menor importancia, sobre todo la vertical (pies derechos que soportan una membrana, sin ayuda de vientos)
Como vemos, solo el tipo 4 corresponde al que hemos llamado cimiento tradicional. El tipo 3 podría considerarse tradicional si la componente horizontal fuera muy pequeña y si hubiera la posibilidad de establecer un emparrillado de riostras entre los distintos cimientos. En los otros casos ya veremos que el diseño del cimiento es bastante diferente.